Con todavía un poco más de 1,400 días para que la administración de Donald Trump llegue a su fin, la relación entre los países de Canadá y Estados Unidos se encuentra en uno de los puntos más bajos de los últimos años.
Como toda relación, el vínculo entre estas dos naciones ha tenido sus altibajos. Desde la historia solidaria que haría famosa a Gander, un pueblo canadiense de apenas 10,000 habitantes ubicado en la provincia de Terranova y Labrador, en la costa atlántica. Este pequeño pueblo cobijó a más de 6,000 pasajeros de vuelos transoceánicos varados en 2001, ya que las autoridades de Estados Unidos habían bloqueado su espacio aéreo a consecuencia de los ataques del 11 de septiembre.
Por otro lado, también ha habido desacuerdos. En 2003 se produjo un enfrentamiento entre ambos países cuando Canadá declinó colaborar en la invasión de Irak. Durante ese período, los medios reportaron un creciente sentimiento colectivo de rechazo hacia las políticas estadounidenses entre la población canadiense, evidenciado en diversas protestas. Algo similar ocurrió durante la guerra de Vietnam (1955-1975). La publicación en línea The Canadian Encyclopedia comenta que: “Para 1967 el gobierno canadiense expresó abiertamente su desacuerdo con las políticas americanas en el sur de Asia”.
Tensiones comerciales recurrentes
En materia comercial, no es necesario remontarse demasiado lejos para recordar que, durante la pasada administración de Trump en 2018, se impusieron aranceles a Canadá en materia de acero y aluminio. Esta medida provocó que las exportaciones canadienses de acero sufrieran una caída del 38 %, según la página oficial del Congreso Laboral Canadiense (canadianlabour.ca), causando interrupciones en la cadena de suministro y desestabilizando su industria. Sin embargo, la medida fue eliminada en mayo de 2019 al resultar más costoso para Estados Unidos producir acero nacional que importarlo desde Canadá.
Para contextualizar, según el reporte del Instituto Americano del Hierro y el Acero (AISI, por sus siglas en inglés), hasta el año 2024 Canadá se ha mantenido como el principal exportador de acero a Estados Unidos, suministrando alrededor de una quinta parte del total de las importaciones, es decir, más de 6 millones de toneladas. El mismo reporte señala que, en diciembre del año pasado, las importaciones de acero canadiense aumentaron un 10 %, mientras que las importaciones generales crecieron un 2.5 %.
En materia de aluminio, Canadá también lidera como el mayor proveedor hacia Estados Unidos, exportando anualmente alrededor de 3.28 millones de toneladas, una cifra que supera la suma de todos los demás países exportadores de aluminio juntos. Le siguen los Emiratos Árabes Unidos con 392 mil toneladas y Corea del Sur con 238 mil toneladas, según datos de la Oficina de Administración de Comercio Internacional del Departamento de Comercio de los Estados Unidos (U.S. Aluminium Import Monitor).
Diplomacia y política interna en Canadá
Ante este panorama, las autoridades canadienses han comenzado a diseñar estrategias para enfrentar las nuevas tensiones comerciales. El pasado 12 de febrero, los 13 representantes de las provincias y territorios de Canadá se reunieron con funcionarios del gobierno en Washington, D.C., para cabildear en contra de los nuevos aranceles propuestos por Trump. Mientras tanto, el aún primer ministro Justin Trudeau busca alianzas estratégicas en la Unión Europea para diversificar las relaciones comerciales del país.
Aunque las medidas arancelarias aún no han entrado en vigor, gracias a una prórroga de 30 días acordada tras conversaciones entre los mandatarios de los países miembros del T-MEC, Canadá se encuentra en medio de una campaña electoral crucial. Este año, los canadienses elegirán a su próximo primer ministro, en un contexto marcado por estas tensiones comerciales.
El Partido Liberal deberá elegir a su nuevo líder el próximo 9 de marzo. Entre los candidatos destacados se encuentran Chrystia Freeland, exministra de Finanzas y exviceprimera ministra, y Mark Carney, exgobernador del Banco de Canadá y del Banco de Inglaterra.
Si bien el Partido Conservador se mantiene como favorito en las encuestas, el panorama político ha comenzado a cambiar. Según una encuesta de CTV/News Nanos Research en Ontario, el Partido Conservador lidera con un 43.9 % de intención de voto, seguido por el Partido Liberal con un 30.9 %. Por otro lado, Abacus Data muestra a los conservadores con un 43 % y a los liberales con un 22 %. No obstante, estas cifras representan una reducción significativa en la brecha entre ambos partidos desde la dimisión de Trudeau como líder del Partido Liberal a finales del año pasado.
La contienda electoral se perfila como una competencia cerrada, especialmente con el resurgimiento del apoyo liberal impulsado por los nuevos liderazgos. Tanto Mark Carney como Chrystia Freeland han revitalizado al Partido Liberal, preparándose para enfrentar al líder conservador Pierre Poilievre en las próximas elecciones.
Un futuro incierto para las relaciones bilaterales
La elección del próximo primer ministro canadiense definirá el rumbo de las relaciones bilaterales con Estados Unidos. El nuevo líder deberá enfrentar los desafíos económicos derivados de las políticas proteccionistas de Trump, al mismo tiempo que gestiona la respuesta interna a estas tensiones. Además, la relación entre ambos países se verá afectada no solo en términos comerciales, sino también en áreas críticas como la seguridad nacional, la salud y la política migratoria.
La historia ha demostrado que, pese a sus altibajos, la relación entre Canadá y Estados Unidos tiende a encontrar puntos de equilibrio. Sin embargo, el contexto actual presenta desafíos sin precedentes que pondrán a prueba la solidez de esta alianza estratégica en América del Norte.
Abogada México-Canadiense, especialista en estudios para la paz y resolución de conflictos.Egresada de la Licenciatura de Derecho por la Universidad de Guadalajara (México), prestadora de servicios sociales en el Instituto Nacional de Migración (Delegación Jalisco). Asistente a la Conférence de L'Association Internationale des Écoles de Travail Social, Montpellier (Francia). Ha participado como observadora nacional e internacional. Trabajó para el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Jalisco. Master of Arts in International Peace Studies by the mandate United Nations University for Peace (UPEACE).