¿Dónde está el debate político de las elecciones alemanas?

Estamos a un par de semanas de las elecciones anticipadas del 23 de febrero en Alemania. Sin embargo, las campañas políticas, que son una constante en el país, parecen no tener claro que Alemania necesita un cambio político, estabilidad económica y social, y, sobre todo, una identidad propia que la vuelva a posicionar como una nación sólida y eficaz.

La autoridad electoral ha informado que en esta elección participarán 29 partidos y ha reconocido que estos son los que tienen la posibilidad de contender, aunque solo cinco pueden superar la barrera del 5 % para obtener representación en la Cámara Baja del Parlamento. La intención de voto está encabezada por el partido CDU con un 30 %, seguido de la AfD con un 20 %, el SPD con un 15 % y Los Verdes con otro 15 %, mientras que el partido de izquierda Alianza Sahra Wagenknecht (BSW) aparece con un 6 %.

El debate político ha sido muy ambiguo. Por un lado, persisten los problemas económicos con la recesión que atraviesa el país y la disminución del poder adquisitivo. Por otro, en el Parlamento se buscan aprobar los últimos proyectos de la desaparecida coalición. En este contexto, la confusión entre los electores puede deberse a la falta de claridad en las propuestas de los candidatos y a su desempeño como miembros del gobierno. Y es que quienes aspiran a las elecciones federales son los mismos que no lograron definir el programa político, económico y social que requería el país en la coalición semáforo. Es decir, el caos gubernamental ha sido trasladado a las campañas políticas con los mismos actores que integraron el gobierno de la fracasada coalición.

Los principales candidatos son Olaf Scholz por el SPD, Robert Habeck por Los Verdes, Christian Lindner por el FDP, Friedrich Merz por la unión CDU-CSU, Alice Weidel por la AfD, Heidi Reichinnek y Jan van Aken por Die Linke, y Sahra Wagenknecht por BSW. Los partidos políticos han entrado en un letargo en el que la discusión de fondo sobre cómo reactivar Alemania es ambigua. La confusión se refleja en que el SPD y Los Verdes no presentan cambios en sus campañas con respecto a su actuar en el Parlamento. Hasta el momento, no hay una distinción clara entre el nuevo programa político y las acciones que se están llevando a cabo en el Legislativo.

Las descalificaciones entre candidatos siguen a la orden del día. No es casualidad que el descontento con los partidos políticos tradicionales y la falta de respuestas a las demandas ciudadanas estén favoreciendo al partido de ultraderecha AfD, que cada vez gana más adeptos con sus propuestas. Tal como ha ocurrido en Francia, Italia, los Países Bajos y ahora Austria, la ultraderecha se fortalece ante una política titubeante y poco comprometida con los ciudadanos. El ascenso de partidos como la AfD cobra sentido ante las inquietudes de la población, que, aunque no representa una mayoría, sí es un sector significativo. Como en el resto de Europa, parece que la tendencia se inclina hacia una política de derecha vinculada a temas que podrían debilitar la democracia.

Ahora bien, el debate electoral ha tenido hasta ahora un valor agregado muy débil. Las agendas partidistas siguen discutiendo los mismos temas que se debaten en el Parlamento, lo que hace que no parezca haber elecciones anticipadas. En este contexto, la CDU lidera las encuestas.

Entre los temas prioritarios en la elección, el económico es el más relevante. La CDU busca reducir los impuestos sobre la renta y a las empresas hasta en un 25 %. Por su parte, el SPD, tal como ha sostenido durante el gobierno de coalición, quiere reformar el freno de la deuda para invertir en infraestructura. Los Verdes, aunque más reservados, pretenden continuar con sus planes para reducir los gases de efecto invernadero y, al igual que el SPD, buscan reformar el freno de la deuda. También han propuesto retomar la subvención para la compra de vehículos eléctricos, un fondo que existió durante la coalición y que fue eliminado sorpresivamente, dejando a muchas personas con deudas impagables por la compra de estos automóviles.

El FDP, por su parte, centra su discurso en la reforma de pensiones, la reducción de los elevados costos de la energía y la eliminación del exceso de burocracia que afecta a las empresas. Todos estos temas han sido mencionados repetidamente durante el gobierno de coalición, pero no lograron materializarse debido a los constantes conflictos internos.

Sin embargo, los anuncios sobre política económica parecen insuficientes cuando se informa que el desempleo ha aumentado a tres millones de personas, el crecimiento económico se ha estancado y el PIB ha retrocedido un 0,2 %, acumulando dos años en números rojos.

Otro tema clave en la campaña es la migración, un factor que podría definir el rumbo de las elecciones. En los últimos dos años, la inmigración irregular ha aumentado en más de un millón de personas. Aunque el gobierno de coalición presentó medidas de seguridad, restricciones y expulsiones para reducir el número de refugiados, estas acciones no han sido suficientes.

El sentimiento de inseguridad y peligro en la población ha aumentado, sobre todo por los recientes ataques a ciudadanos en festivales, trenes, mercados navideños y el más reciente contra un grupo de niños en una guardería. Esto mantiene a la sociedad preocupada. Una encuesta reciente muestra que el 67 % de los participantes está a favor de controles fronterizos permanentes, mientras que un 57 % apoya la denegación de entrada a Alemania a personas sin documentos válidos.

No sorprende que la sociedad se sienta vulnerable ante la falta de claridad en las próximas elecciones, que definirán el futuro del país. El resultado podría devolverle a Alemania su rol de motor europeo o consolidarla como el “enfermo de Europa”.

Es evidente que los cambios radicales surgen por la falta de respuestas en lo político y económico. Alemania vive un momento crucial en el que las elecciones demostrarán si el debate político sigue siendo una herramienta para fortalecer la democracia. El próximo gobierno deberá implementar medidas efectivas en los ámbitos político, económico y social, así como en materia migratoria.

Dra. Cintia Gil-Fichtel
+ posts

Es consultora y analista independiente en Alemania. Trabaja en áreas de investigación y consultoría sobre los siguientes temas: política y relaciones entre la Unión Europea y América Latina, cooperación internacional de Alemania, migración e integración en Alemania. Fue profesora en la Technische Hochschule Aschaffenburg. Integrante del programa de formación como mediadora lingüística y cultural en Aschaffenburg, Alemania. Es miembro de la Latin American Studies Association (LASA), con enfoque en las relaciones Unión Europea–América Latina y el papel de las diásporas en la diplomacia internacional. Ha sido invitada por la Universidad de Berlín a participar en diversas investigaciones sobre América Latina. Colabora con la revista CIDOB d’Afers Internacionals como revisora de artículos académicos. Sus publicaciones se centran en la sociedad civil y su vínculo con la Unión Europea. Ha sido entrevistada por la agencia alemana GIZ sobre política exterior alemana. En México, fue asesora en la Cámara de Diputados. Desde 2009, forma parte del grupo de asesores europeístas de la Delegación de la Unión Europea en México.