La burbuja grande que impide ver la realidad del mercado y sus consecuencias

En las dos primeras semanas posteriores a la toma de posesión de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, el mundo globalizado —compuesto por Estados, gobiernos, sociedades y empresarios— ha sentido nuevamente miedo, incertidumbre y terror. En un entorno donde las decisiones y respuestas geopolíticas son rápidas, predecibles e impredecibles, el sistema financiero y el comercio han sido impactados, especialmente por la aplicación de aranceles como arma económica bajo el lema de “Hacer grande a América nuevamente”.

En una reflexión anterior, destaqué lo siguiente:

“La industria de la guerra, de las drogas lícitas o ilícitas, de los combustibles fósiles y sus miles de productos derivados seguirán siendo uno de los múltiples ejes articuladores de políticas y justificaciones que continuarán marcando la polarización entre los países BRICS y los aliados de Occidente. Esto se da en un contexto donde la OTAN, de manera inexplicable, tendrá que justificar su accionar militar ante el nuevo ‘emperador del mundo’ o, por el contrario, ceder ante la lógica del mercado globalizado con el turismo como punta de lanza, el cual requiere paz y desarrollo a largo plazo.

Las migraciones pueden ser controladas si quienes tienen más recursos deciden invertir en los países generadores de flujos migratorios, evitando así el desplazamiento masivo de personas que buscan el sueño de una mejor vida en otros territorios” (Pacheco, 2025).

Para imponer su ideología, su poder desbordado y su talante histriónico, Trump ha demostrado coherencia y determinación al tratar con el gobierno de la República de Colombia, encabezado por el economista Gustavo Prieto Urrego, a quien considera “socialista”, como si ello fuera un delito para su visión libertaria y ultraconservadora. Sin embargo, Prieto Urrego se ubica dentro del espectro liberal progresista. Trump, en sus expresiones a través de redes sociales (al igual que Petro), ha demostrado un claro menosprecio por las decisiones de los electores colombianos y por su sistema democrático, considerado uno de los más sólidos y antiguos de la región.

Una de sus primeras decisiones ejecutivas fue dar una respuesta inmediata al tema de los migrantes ilegales de origen colombiano y de otras nacionalidades. Sin embargo, no se ha cumplido plenamente con los requisitos establecidos en el derecho internacional sobre migraciones. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM, 2025), los cambios climáticos, demográficos y tecnológicos están redefiniendo los patrones migratorios. La OIM, a través del Instituto Mundial de Datos, ha desarrollado un modelo que permite un análisis cuantitativo detallado de los movimientos de población causados por diversos factores.

Según el modelo de la ONU-OIM, en los últimos veinte años las tasas de entrada y salida han sido las más altas del mundo. Esto demuestra cómo han influido factores ambientales, económicos y sociales en los patrones migratorios (Global Data Institute & Georgetown University Institute for the Study of International Migration, 2024). El informe PROGRESS 2023 explica la metodología utilizada para complementar los datos cuantitativos mediante encuestas a hogares y evaluaciones con informantes clave. Se llevaron a cabo 74 debates en grupos focales con 570 participantes en países como la República Centroafricana, Chad, Colombia, Irak, Libia, Mozambique, Etiopía, Sudán del Sur y Yemen.

El Banco Mundial estima que, para 2050, aproximadamente 216 millones de personas podrían verse obligadas a desplazarse internamente en seis regiones debido al cambio climático, si no se toman medidas inmediatas. Además, los investigadores destacan que otras causas de desplazamiento incluyen conflictos internos, violencia, inundaciones, incendios forestales y sequías. En las siguientes dos gráficas se observa la tendencia expresada: 

Eje Global

El secretario general de la ONU ha sido enfático:

“Seguir haciendo lo mismo no es suficiente. Es urgente renovar el contrato social entre los gobiernos y sus ciudadanos, incluidos los desplazados, para restablecer la confianza y garantizar que se respeten sus derechos”.

Ante este panorama, se han establecido tres grandes objetivos interrelacionados:

1. Definir soluciones duraderas.

2. Prevenir la aparición de nuevas crisis de desplazados.

3. Velar por la protección y asistencia efectiva de los desplazados.

En el marco del Comité Permanente entre organismos para desplazados internos, se han definido ocho criterios esenciales:

• Seguridad a largo plazo.

• Acceso a medios de subsistencia y empleo.

• Reunificación familiar.

• Documentación personal y legal.

• Nivel de vida adecuado.

• Acceso a la justicia y recursos.

• Recuperación de viviendas, tierras y propiedades.

• Participación en asuntos públicos.

La advertencia de Robert Shiller, premio Nobel de Economía en 2013, sobre el comportamiento de burbujas económicas pasadas no ha sido atendida por los grandes actores del mercado. Shiller identificó tres factores críticos:

1. Burbuja inmobiliaria.

2. El lado oscuro de la inteligencia artificial y la psicología del mercado.

3. Psicología de masas.

Shiller enfatiza que la euforia no es lógica y que la fe en “nuevos paradigmas” puede ser extremadamente peligrosa. Desestimar métricas históricas y las leyes del mercado real es un grave error. Actualmente, la sociedad estadounidense y sus aliados, junto con multimillonarios tecnológicos, están en un estado de euforia sin percibir los patrones históricos. Las caídas en las bolsas de valores no son casuales. La guerra tecnológica y comercial en este contexto se gana con inteligencia, atracción de talento, inversiones y respeto a la dignidad humana, no con miedo, expulsiones indiscriminadas o terror de Estado.

Latinoamérica tiene hoy una oportunidad única para fomentar la inversión en ciencia, tecnología e innovación. La región posee grandes universidades, recursos naturales, tierras raras, litio, agua y acceso a los principales océanos del mundo, además de rutas comerciales estratégicas basadas en el comercio justo y equitativo. Trump argumenta ferozmente que Estados Unidos no necesita a Latinoamérica, pero la historia demuestra lo contrario. Su postura ha dado un impulso a la autonomía de la región, promoviendo nuevas relaciones comerciales y fortaleciendo la valoración de los territorios con mayor decisión.

¿Qué se necesita hoy?

La sociedad, la academia, los gobiernos y los empresarios deben trabajar unidos para erradicar las economías subterráneas en sus territorios y superar la dependencia, el miedo y la subordinación. Se requieren nuevos liderazgos, programas de formación y un compromiso firme con el fortalecimiento del Estado como el único actor capaz de hacer frente a la tecnocracia dominada por unos pocos multimillonarios y grandes corporaciones privadas, cuyo impacto termina afectando a toda la sociedad por igual.

La estrategia del gobierno de Trump de retirarse de acuerdos y organismos internacionales relacionados con derechos humanos, salud y medio ambiente no solo es un error estratégico, sino que también generará aislamiento y malestar en su propia sociedad. La historia muestra que, tras la Segunda Guerra Mundial, políticas similares de intervención armada y decisiones unilaterales llevaron a crisis internas y profundas polarizaciones en Estados Unidos.

El mercado se rige por lo que cada consumidor percibe y comunica en función de las medidas impositivas que lo afectan. Con el tiempo, los ciudadanos identificarán con claridad a los ideólogos de estas políticas y exigirán respuestas.

Eje Global
+ posts

Profesor Asociado e Investigador en la Escuela Superior de Administración Pública – ESAP, institución de carácter universitario superior del nivel nacional del Estado colombiano. Temas y líneas de investigación relacionados con Ciencia Política, Estado, Gobierno, Administración Pública, Gerencia Pública, Políticas Públicas, Técnicas de Análisis Espacial y Geopolítica, Innovación y análisis organizacional, Gestión ambiental, Responsabilidad Social Empresarial, entre otros. He sido columnista de opinión política en revista Capital Político, conferencista, consultor y asesor de empresas e instituciones en sistemas de gestión de la calidad (ISO) y modelos de excelencia (EFQM), evaluador del Premio Nacional a la Calidad (Icontec). Profesor y catedrático en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Colombia (UN - Bogotá), Fundación Universitaria San Martín (FUSM-Bogotá). Jubilado del Grupo Energía de Bogotá S.A. ESP. Doctorando en Política y Gobierno en la Pontificia Universidad Católica de Córdoba (Argentina); Magister en Estrategia y Geopolítica de la Escuela Superior de Guerra, y Especialista en Responsabilidad Social Empresarial de Universidad Externado de Colombia y Columbia University New York; Especialista en Gobierno Municipal de la Pontificia Universidad Javeriana (Bogotá).