Por qué los peores son elegidos como gobernantes

El 29 de noviembre pasado, la revista The Economist designó a “kakistocracia” como la palabra del 2024. En esta edición el medio analiza cómo este término, que significa el “gobierno de los peores”, ha ganado relevancia en el discurso político contemporáneo. 

Y es que detrás de esta palabra hay grandes preguntas como: ¿Qué sucede en las sociedades que “los peores” llegan y se encumbran en el poder?, ¿cuál es el motivo que lleva a la ciudadanía a elegir estos líderes o políticos que abusan, se corrompen y son los peores perfiles de la sociedad?

En la historia de la humanidad, siembre han existido políticos déspotas y autoritarios, ha habido malos gobiernos y a veces líderes que rayan en la locura, incluso algunos han sido sanguinarios y han promovido y llevado a cabo terribles matanzas de seres humanos. 

A pesar de ser un tema que siempre ha existido, ¿qué hace que el problema persista? ¿Por qué unos cuantos malos logran dominar a una mayoría? ¿Porqué la ciudadanía no aprende y sigue eligiendo a los peores?

Desde el pasado los griegos trataron de explicar este fenómeno, al que llamaron “Oclocracia” del griego ochlokratía que significa el gobierno de la muchedumbre o de la plebe.

En análisis y crítica política contemporánea se usa la palabra Kakistocracia, del griego κάκιστος: el peor, y κράτος: gobierno, que es un término utilizado para designar un gobierno formado por los más ineptos ​de un determinado grupo social.

En el medievo, el análisis de por qué había malos lo políticos y gobiernos, dio origen a lo que hoy conocemos como Teoría Política. En ese entonces se pensaba que el problema es por la naturaleza humana, otros pensaban que no, que era la forma de gobierno. Hubo quienes analizaron el tema desde las características propias del poder, incluso, se analizó desde la teocracia.   

Ante este fenómeno, los humanos hemos creado diversas formas de enfrentar este mal, como ha sido la división de poderes para generar contrapesos y límites al poder, además creamos el Estado de Derecho como un límite a los abusos y para normar la actividad de los líderes, y hemos implementado la Democracia como la menos mala de las formas de organización política y social.  

No obstante, seguimos teniendo a éstos “peores”. Aunque es más común que en regímenes totalitarios y dictatoriales veamos este tipo de “peores perfiles” gobernando, en las democracias, no hemos logrado librarnos de éstos tampoco. 

Es un asunto del poder y moral, analizó Lord Acton en sus ensayos sobre la libertad y el poder, célebre por su frase “el poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente”. Otros como John Locke, creía que la naturaleza humana, provocaba el “estado de guerra” constante y por ello había que limitarlo con un “Leviatán” (gobierno) que los sometiera y controlara. 

Existen muchísimas teorías y planteamientos sobre este tema, pero quizá el más doloroso y acertado lo realizó Frederik Hayek, quien dedicó un ensayo al tema de por qué los peores llegan al poder. 

Para Hayek los peores se encumbran por tres razones: 

1) “cuanto más se eleva la educación y la inteligencia de los individuos, más se diferencian sus opiniones y sus gustos y menos probable es que lleguen a un acuerdo sobre una particular jerarquía de valores”. Para lograr uniformidad de valores y criterios, hay que descender a niveles más bajos en cuanto a principios morales e intelectuales y ahí, en ese nivel bajo de moralidad e intelectualidad se encuentra la mayoría que impone a todos sus valores y criterios. 

2) “Dicho grupo mayoritario será capaz de obtener el apoyo de todos los dóciles y crédulos, que no tienen firmes convicciones propias, sino que están dispuestos a aceptar un sistema de valores confeccionado si se machaca en sus orejas con suficiente fuerza y frecuencia. Serán los de ideas vagas e imperfectamente formadas, los fácilmente moldeables, los de pasiones y emociones prontas a levantarse, quienes engrosarán las filas del partido totalitario” y 

3) “Parece casi una ley de la naturaleza humana que le es más fácil a la gente ponerse de acuerdo sobre un programa negativo, sobre el odio a un enemigo, sobre la envidia a los que viven mejor, que sobre una tarea positiva”. 

En otras palabras, no vivimos en un sistema social que propone los mejores valores o a las mejores personas o perfiles para el gobierno, sino que nuestro sistema social está hecho para que los peores, los de baja moral, bajo nivel educativo, lleguen al poder. 

En palabras coloquiales, tenemos justo el gobierno que merece nuestra sociedad, porque justo así es la sociedad moderna, triste y dolorosamente mundana. Es por eso, que los peores nos gobiernan.

Eje Global
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Politóloga y Maestra en Gestión Pública por la Universidad de Guadalajara, México. Ha sido funcionaria en los tres órdenes de gobierno, así como en el Poder Legislativo. Es catedrática en Ciencias Sociales y Humanidades en la Universidad de Guadalajara. Consultora senior en políticas públicas.