Las aristas de la democracia digital

En las últimas décadas, el avance acelerado de las tecnologías digitales ha revolucionado todos los aspectos de la vida de las personas, incluida la política. Con el surgimiento de las redes sociales y el uso de algoritmos para influir en las decisiones electorales, las democracias se han reconfigurado de manera significativa, no siempre favorablemente. En este artículo, pretendo explorar cómo las tecnologías digitales, las redes sociales y la programación de información en línea están alterando la cultura política, presentando nuevos retos para las democracias del siglo XXI.

La democracia es una forma clásica que se basa en el principio de que los ciudadanos deben tener acceso a información libre, veraz y suficiente para tomar decisiones informadas en las urnas. Sin embargo, este principio está siendo vulnerado en el entorno digital actual. Factores como la manipulación de la información, las cámaras de eco, la polarización y el uso indebido de datos personales están poniendo a prueba la estabilidad de las democracias.

Brevemente hago referencia a cada uno de los factores mencionados:

Manipulación de la información: Son técnicas de desinformación que refuerzan las creencias mediante algoritmos de recomendación y microtargeting para influir en las opiniones y decisiones de las personas. Estas técnicas segmentan a los usuarios en grupos específicos según su información personal, como intereses o comportamientos, enviándoles mensajes altamente personalizados con fines comerciales o políticos.

Cámaras de eco: Son espacios digitales en los cuales los usuarios están expuestos principalmente a información que refuerza sus creencias preexistentes, sin acceder a perspectivas contrarias. Esto se debe a que los algoritmos de recomendación de las redes sociales y otros espacios en línea muestran contenido basado en interacciones previas. Además, las personas tienden a unirse a grupos o comunidades cerradas con ideas afines, lo que refuerza este fenómeno.

Polarización: Es la tendencia de las personas a volverse más extremas en sus opiniones debido a la exposición constante a contenido que refuerza sus creencias, alejándose de puntos de vista opuestos. Esto crea una creciente división entre grupos con opiniones radicales, dificultando el diálogo y la comprensión mutua.

Uso indebido de datos personales: El acceso masivo a datos personales es otro factor clave en la transformación política digital. Empresas como Facebook recolectan grandes cantidades de información de sus usuarios, lo que permite a las campañas políticas segmentar votantes y dirigir mensajes personalizados para influir en sus preferencias electorales.

Las oportunidades de la democracia digital también tienen el potencial de fortalecer las democracias mediante el uso de plataformas digitales para mejorar la participación ciudadana, la transparencia y la eficacia en la gobernanza. La participación en línea es una herramienta que puede facilitar votaciones, encuestas y debates en redes sociales, además de transparentar el acceso a información, lo que incide en la reducción de la corrupción y el aumento de la rendición de cuentas. Asimismo, puede mejorar los servicios públicos, haciéndolos más accesibles y eficientes, y disminuir la brecha digital, permitiendo que personas de diferentes contextos geográficos o sociales participen activamente en la política.

Sin embargo, la democracia digital también enfrenta retos importantes. Mientras algunas personas tienen acceso pleno a las tecnologías y a la educación digital, otras quedan excluidas debido a la falta de recursos o habilidades, lo que perpetúa la desigualdad en la participación política.

Ante estos retos, los gobiernos, con el uso de herramientas tecnológicas, deben asumir un papel proactivo implementando políticas y regulaciones que combatan la desinformación y protejan los derechos de los usuarios. Las empresas tecnológicas también deben ser responsables de las plataformas que gestionan, asegurando su uso ético y otorgando a los usuarios pleno control sobre su información personal. Es importante exigir a estas empresas que trabajen en la mejora de sus algoritmos para contrarrestar las noticias y contenidos falsos.

Para enfrentar todos los retos mencionados, es crucial promover una alfabetización digital más robusta que fomente un uso responsable de las tecnologías y un pensamiento crítico frente a la información digital. También es fundamental incentivar el diálogo y la deliberación para reducir la polarización y crear un espacio para el intercambio de ideas y opiniones políticas.

En conclusión, la democracia digital, aunque enfrenta retos importantes como la desinformación, la polarización, la manipulación y el uso inadecuado de datos personales, también ofrece un potencial relevante para fortalecer la democracia en el siglo XXI. A través de la colaboración entre gobiernos, plataformas tecnológicas y la ciudadanía, es posible construir un sistema más transparente, inclusivo y participativo. Solo con el esfuerzo conjunto se podrá garantizar que la democracia siga siendo el pilar fundamental de la sociedad en esta era digital.

Margarita Gaspar Cabrera
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Licenciada en Derecho con Maestría en Transparencia y Protección de Datos por la Universidad de Guadalajara. Con una sólida trayectoria en el ámbito gubernamental, especializada en administración pública, legislación administrativa, compras gubernamentales, transparencia y proyectos estratégicos, a lo largo de mi carrera he demostrado una gran capacidad en la gestión pública, brindando asesoría en normatividad y políticas administrativas, así como en la optimización de procesos en el sector público.