Medios: espacios de ensayo

Eje Global

¿Te has dado cuenta de que, antes de que ocurra algún hecho político, ese mismo episodio ya lo hemos visto en televisión o hemos presenciado una especie de justificación previa?

Antes de que Barack Obama se sentara en la silla del Despacho Oval, ya habíamos visto la figura de un afroamericano presidiendo Estados Unidos. Así lo observamos en los papeles interpretados por Morgan Freeman, Danny Glover o Dennis Haysbert en la serie de televisión 24.

¿Coincidencia o preparación del clima social?

Mucho antes de la victoria de Donald Trump, él encabezaba un famoso programa de televisión llamado El aprendiz, desde donde comenzó a elevar su perfil rumbo a la Casa Blanca.

Y ni hablar del caso de Volodymyr Zelensky, quien, antes de ganar la presidencia de Ucrania, protagonizó una serie donde actuaba en el rol de un profesor de historia que se convierte repentinamente en presidente.

Pero no solo se emplean estos instrumentos para elevar perfiles públicos, sino también para dañar las reputaciones de naciones enteras.

Por ejemplo, durante años las series de televisión han estigmatizado a países como Colombia y México debido al flagelo de la droga.

Sin embargo, desde hace algunos años han aparecido producciones audiovisuales que inyectan la idea de que Venezuela es un narcoestado.

Ya sea dedicándole películas o series completas, o a través de insinuaciones en otras producciones centradas en distintos países, de forma reiterada se ha vendido la idea de que Venezuela posee vínculos con la mafia de la droga.

Parece que existe un plan, desde hace mucho tiempo, destinado a marcar a Venezuela como refugio o centro de operaciones del narcotráfico.

¿Y por qué lo hacen?

Justamente por eso: estaban preparando el terreno en la psiquis colectiva.

Por ejemplo, en la segunda temporada de la serie Jack Ryan, transmitida por Amazon, se expresa en su argumento que “Venezuela es un país que representa un peligro para Estados Unidos”.

Sin duda, todo es parte de un plan para construir una persecución negativa contra el país. Y eso forma parte de la fórmula de manipulación social que se emplea desde Estados Unidos.

Desde el poder de difusión estadounidense se utilizan los medios de comunicación —entendiendo que estos abarcan cine, plataformas digitales de streaming, “enlatados” noticiosos, agencias de información y series de televisión— con el propósito de usarlos como espacios de ensayo en experimentos de orden sociopolítico.

La definición de los medios como herramientas de propaganda política es un fenómeno que lleva décadas ejecutándose y que, en los últimos años, ha servido para crear conceptos falsos sobre América Latina, encasillando a nuestros países en un círculo de prejuicios condenatorios y desmoralizadores.

Es momento de reconocer que, previo a los bombardeos reales, siempre somos víctimas de un bombardeo comunicacional, social y psicológico.

Así de claro.

Eje Global
jdionisioss55@gmail.com |  + posts

Licenciado en Comunicacion Social por la Universidad Santa María (Venezuela), con especialización en Gobierno Abierto por la Organización de Estados Americanos (OEA). Fue responsable de prensa del candidato a la presidencia de Venezuela Manuel Rosales, ha sido asesor de campaña de varios candidatos, además de fungir como director de comunicación en alcaldías y gubernaturas. Así mismo fue asesor de la Asamblea Nacional de Venezuela en materia de Comunicación.