La fiebre del Bitcoin en la Generación Z: ¿El futuro del dinero en América Latina?

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Imagen: BraveNewCoin.

En un mundo donde las transacciones digitales son tan comunes como tomar un café por la mañana, la Generación Z de América Latina está redefiniendo el panorama financiero al adoptar el Bitcoin con un entusiasmo que despierta curiosidad y debate. Un informe reciente de julio de 2025 revela que el 39% del gasto en criptomonedas en la región, especialmente en videojuegos y compras cotidianas, está impulsado por jóvenes nacidos entre 1997 y 2012. En plataformas digitales, los latinoamericanos celebran esta integración, compartiendo historias de cómo el Bitcoin se usa para adquirir desde accesorios virtuales en juegos hasta productos en tiendas locales. Pero, ¿qué implica este auge para el futuro económico de la región? ¿Es la Generación Z la vanguardia de una revolución financiera o está inmersa en una fiebre especulativa?La adopción del Bitcoin por parte de los jóvenes no surge de la nada. En una región donde la inflación es un desafío constante —Argentina cerró 2024 con una inflación del 43.5 %, y Venezuela sigue lidiando con una economía hiperinflacionaria—, las criptomonedas representan una alternativa atractiva.

En 2024, América Latina aportó el 9.1 % del volumen global de transacciones de criptomonedas, con un valor de 562,000 millones de dólares, un aumento del 40 % respecto al año anterior, según datos del sector. México y Argentina lideran en adopción, con plataformas como Bitso y Ripio reportando un crecimiento del 60 % en usuarios menores de 25 años. En México, Bitso procesó 1,200 millones de dólares en transacciones de Bitcoin en 2024, muchas destinadas a pagos en comercios locales como restaurantes y tiendas de ropa. En las redes, circulan historias de jóvenes que pagan suscripciones a servicios de streaming con criptomonedas, un reflejo de cómo el Bitcoin se integra en la vida diaria.

La Generación Z, con su naturalidad para navegar entornos digitales, encuentra en el Bitcoin una herramienta que encaja con su estilo de vida. Los videojuegos, un mercado que alcanzó los 3,200 millones de dólares en América Latina según Newzoo, son un terreno fértil. Plataformas como Axie Infinity, populares en Brasil y Colombia, permiten a los jugadores obtener tokens que convierten en Bitcoin para compras en el mundo real. En Bogotá, un joven de 22 años compartió en redes sociales que ganó 300 dólares en un mes jugando y los usó para pagar su renta, una práctica que se repite en la región. El gasto cripto de la Generación Z se concentra en juegos (39 %), compras en línea (25 %) y remesas (15 %), lo que demuestra la versatilidad de estas monedas digitales.Sin embargo, este entusiasmo no está libre de riesgos. La volatilidad del Bitcoin, que alcanzó los 122,000 dólares en julio de 2025 antes de caer un 8 % en dos días, recuerda su naturaleza impredecible.

En Argentina, donde el 70 % de los usuarios de criptomonedas son menores de 30 años según Ripio, la euforia por las ganancias se mezcla con el temor a pérdidas súbitas. La suspensión de la plataforma Atómico 3 por la Comisión Nacional de Valores de Argentina, el 14 de julio, generó debates sobre la confianza en los exchanges locales. En Bolivia, la prohibición parcial del Banco Central sobre criptomonedas limita su uso masivo, mientras que en Venezuela, las regulaciones ambiguas frenan la adopción.La infraestructura tecnológica también plantea desafíos. Aunque el 80 % de la Generación Z tiene acceso a smartphones, según Statista, la brecha digital persiste en zonas rurales de Perú o Guatemala, donde solo el 40 % de los jóvenes cuenta con internet confiable. Esto restringe el uso del Bitcoin a comunidades urbanas, creando una élite cripto que no representa a toda la región.

En plataformas digitales, activistas señalan que sin políticas públicas que promuevan la inclusión digital, el potencial del Bitcoin para democratizar las finanzas seguirá limitado.El caso de El Salvador ofrece una perspectiva única. Desde que adoptó el Bitcoin como moneda de curso legal en 2021, el país acumuló ganancias no realizadas de 456 millones de dólares, según datos oficiales de julio de 2025. La Generación Z salvadoreña, que representa el 35 % de los usuarios de la billetera Chivo, usa Bitcoin para pagar desde comida callejera hasta remesas. Videos de mercados en San Salvador, donde los vendedores aceptan criptomonedas, se han viralizado, mostrando un modelo de adopción que no es fácilmente replicable. Según un estudio del BID, el 60 % de los latinoamericanos carece de educación financiera básica, lo que dificulta entender conceptos como billeteras digitales o cadena de bloques.Entonces, ¿es la fiebre del Bitcoin entre la Generación Z una revolución o una moda pasajera?

Por un lado, los jóvenes demuestran que las criptomonedas pueden integrarse en la vida cotidiana, desde comprar café en São Paulo hasta financiar startups en Medellín. El crecimiento del 40 % en transacciones cripto en 2024 y los 15 millones de usuarios en la región sugieren un cambio estructural. Por otro lado, la volatilidad, la falta de regulación y la brecha digital son obstáculos significativos. Las discusiones en línea reflejan optimismo por las posibilidades del Bitcoin, pero también escepticismo sobre su sostenibilidad a largo plazo.

La Generación Z está trazando un camino audaz, pero el futuro del Bitcoin en América Latina dependerá de cómo los gobiernos, las empresas y la sociedad aborden estos desafíos. Mientras los jóvenes pagan sus videojuegos y café con cripto, el debate sobre el futuro del dinero en la región está más vivo que nunca.

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