En Eje Global, conversamos con el Dr. Simón Levy, abogado, economista y empresario con una sólida trayectoria en inversión, desarrollo urbano e innovación. Ha sido un actor clave en la promoción del comercio internacional y la planificación estratégica de ciudades inteligentes.
Levy fue Subsecretario de Planeación y Política Turística en la Secretaría de Turismo de México (2018-2019), designado por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Antes de ello, ocupó el cargo de CEO de PROCDMX (2012-2018), donde impulsó inversiones público-privadas por más de 650 millones de dólares en infraestructura para la Ciudad de México.
Es fundador y presidente de Ideasia Investment Fund y ha sido pieza clave en la relación económica entre China y América Latina. En su faceta académica, ha sido profesor en la Facultad de Derecho de la UNAM y en el Tecnológico de Monterrey, además de autor de nueve libros, incluyendo Crecimiento sin deuda (Premio al mejor libro de economía otorgado por la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística). Su trayectoria lo llevó a ser reconocido como Joven Líder Global por el Foro Económico Mundial (2013) y World Cities Summit Young Leader (2015).
Actualmente, es Chief Resilience Officer de WAMS (World Academy of Medical Sciences) y Gerente de Vinculación Comunitaria en el Global Center for Risk and Innovation. Su visión sobre la economía, la tecnología y la geopolítica lo ha posicionado como una de las voces más influyentes en el debate sobre el futuro de México en un mundo en transformación.
En esta entrevista, Levy reflexiona sobre el impacto del regreso de Donald Trump como presidente de Estados Unidos en la relación bilateral, el desafío del nearshoring, el papel de México en la competencia entre China y Estados Unidos, y los factores clave que determinarán el éxito de los países en la próxima década.
Su postura política ha evolucionado en los últimos años. Apoyó el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, pero ahora se le percibe con una visión más crítica e independiente. ¿Qué factores influyeron en este cambio de postura y cómo se posiciona hoy frente al gobierno de Claudia Sheinbaum?
Mi postura no ha cambiado en esencia. Siempre he estado del lado del desarrollo económico con justicia social, el impulso a la innovación, el combate decidido a la corrupción y el fortalecimiento de la certeza jurídica. Apoyé a Andrés Manuel López Obrador porque creí en la necesidad de transformar un sistema históricamente desigual y corrupto. Sin embargo, el apoyo no es sinónimo de sumisión ni de conformidad.
México necesita evolucionar con visión de futuro, y ahí es donde he sido crítico cuando veo que las decisiones no responden a la urgencia de modernizar el país, generar más empresas que muertos y combatir con determinación al narcotráfico. No se puede hablar de transformación si la violencia sigue cobrándose más vidas que las oportunidades que se generan.
Frente al gobierno de Claudia Sheinbaum, mi postura es la misma: apoyo lo que fortalezca a México y critico lo que lo debilite. Si se mantiene la ruta del fortalecimiento de la inversión productiva, la certeza jurídica, la innovación tecnológica y una estrategia real para combatir la delincuencia, habrá mi respaldo. Pero si el gobierno se aleja de la ciencia, la tecnología y la eficiencia económica, o si se permite que la violencia siga dictando el rumbo del país, también lo señalaré con firmeza.
México y Estados Unidos atraviesan una nueva fase en su relación bilateral con el regreso de Donald Trump a la presidencia. ¿Cómo prevé que este nuevo contexto impacte el comercio, la migración y las inversiones en México?
El regreso de Donald Trump representa un nuevo reto para México, especialmente en temas migratorios, comerciales y de seguridad. Su enfoque proteccionista buscará renegociaciones o endurecimiento en ciertas cláusulas del T-MEC, lo que obligará a México a jugar una estrategia más inteligente y menos reactiva.
En materia de comercio, México tiene la oportunidad de consolidarse como el socio industrial clave de EE.UU., pero debe ofrecer mejores incentivos a la inversión extranjera y garantizar certeza jurídica para que las empresas inviertan sin temor a cambios arbitrarios.
La migración será un tema difícil. Trump endurecerá las políticas y México deberá negociar desde una posición de fortaleza, ofreciendo soluciones concretas en materia de empleo y seguridad en la región. No podemos seguir siendo solo un país de tránsito.
En términos de inversión, si México ofrece certidumbre jurídica, combate frontal contra el crimen organizado y costos competitivos, podría atraer capital de empresas que buscan salir de China y relocalizarse en Norteamérica.
En términos económicos, ¿qué riesgos y oportunidades observa para México en un 2025 marcado por el proteccionismo estadounidense, la relocalización industrial y la transformación tecnológica?
México tiene una oportunidad histórica con la relocalización industrial (nearshoring), pero necesita resolver problemas clave:
Energía: Sin energía barata y limpia, las empresas preferirán irse a EE.UU. o a otro país.
Infraestructura: La logística sigue siendo un reto; necesitamos modernizar puertos, carreteras y aduanas.
Educación y talento: Si no formamos ingenieros y técnicos capacitados, el nearshoring será solo una promesa incumplida.
Seguridad y certeza jurídica: Ninguna empresa invertirá en un país donde hay más muertos que nuevas empresas creadas.
El proteccionismo de EE.UU. es un reto, pero también puede ser una oportunidad si México se posiciona como un productor estratégico. Para ello, necesitamos fomentar la inversión en tecnología y garantizar un Estado de derecho que proteja la inversión y combata frontalmente al crimen organizado.
A nivel global, estamos viendo una aceleración en el desarrollo tecnológico y la inteligencia artificial. ¿Qué impacto tendrá esto en la economía y el empleo en América Latina?
La inteligencia artificial y la automatización están transformando la economía global. América Latina, y especialmente México, deben decidir si serán consumidores de tecnología o creadores de ella.
Si no invertimos en educación tecnológica y emprendimiento, veremos una crisis de desempleo, con millones de personas perdiendo sus trabajos frente a la automatización. Pero si apostamos por la innovación, la IA puede ser una gran oportunidad para aumentar la productividad, mejorar servicios y desarrollar nuevos sectores económicos.
El futuro del empleo dependerá de nuestra capacidad para formar talento en áreas como programación, robótica, ciencia de datos y ciberseguridad. Pero también dependerá de que México garantice un entorno seguro y con certeza jurídica. Si no podemos ofrecer seguridad a las empresas y a los ciudadanos, la innovación será irrelevante.
¿Qué estrategia debería seguir México para maximizar sus beneficios sin comprometer su soberanía económica frente a la competencia entre China y EE.UU.?
México debe mantener una relación equilibrada con ambas potencias. No se trata de elegir entre China o EE.UU., sino de aprovechar las ventajas que cada uno ofrece sin comprometer la soberanía ni la certeza jurídica.
Con EE.UU., México debe consolidarse como su socio industrial estratégico y fortalecer el T-MEC.
Con China, debemos negociar con inteligencia, evitando la dependencia excesiva y fomentando la inversión en infraestructura y tecnología, pero siempre bajo reglas claras y con respeto a la soberanía nacional.
El peor error sería depender de un solo actor. México necesita diversificar su comercio y atraer inversiones sin comprometer su estabilidad jurídica ni dejar que la violencia siga siendo una barrera para el crecimiento.
Usted ha sido un promotor del desarrollo urbano y la innovación. ¿Cuáles considera que son los retos clave para que las ciudades mexicanas sean más competitivas y atractivas para la inversión global?
Las ciudades mexicanas deben transformarse con tres enfoques clave:
1. Movilidad inteligente: Más transporte público eficiente, menos dependencia del automóvil y mejor infraestructura para movilidad sustentable.
2. Desarrollo urbano planificado: Evitar el crecimiento desordenado y apostar por ciudades compactas, con servicios de calidad.
3. Conectividad y digitalización: Ciudades sin internet rápido y sin infraestructura tecnológica no serán competitivas en la nueva economía.
Pero nada de esto servirá si no se garantiza certeza jurídica y seguridad. Ninguna ciudad será atractiva para la inversión si las empresas temen la extorsión, el crimen o la inestabilidad. No podemos aspirar a ser un hubde innovación cuando el crimen organizado dicta las reglas en muchas regiones del país.
Finalmente, en un mundo en constante cambio, ¿cuál considera que será el factor decisivo que determinará el éxito o fracaso de los países en la próxima década?
El factor decisivo será el conocimiento, la certeza jurídica y la seguridad.
Los países que inviertan en educación de calidad, ciencia, tecnología e infraestructura inteligente serán los que lideren el mundo. Pero todo esto es inútil si no hay un Estado de derecho sólido que garantice que las inversiones están protegidas y que el crimen no gobierna territorios.
México tiene una oportunidad única, pero necesita tomar decisiones estratégicas ahora. Si seguimos con una economía basada solo en manufactura barata y permitimos que el crimen organizado siga creciendo, nos quedaremos atrás.¿
El futuro pertenece a las naciones que combatan la corrupción, fortalezcan la seguridad y apuesten por la inteligencia artificial, la digitalización y la energía sustentable. Es momento de decidir si queremos ser protagonistas o espectadores de la nueva era global.
Agradecemos al Dr. Simón Levy por su tiempo y sus respuestas, que sin duda aportan una visión estratégica a las discusiones sobre el futuro económico y político de México.