Cambio climático: Desafíos globales, respuestas locales. Una mirada desde México y Jalisco

El cambio climático ya es una amenaza del futuro: Es una realidad define nuestro presente. Desde las olas de calor inéditas en Europa hasta inundaciones devastadoras en Asía, el planeta manifiesta síntomas alarmantes de un sistema en desequilibrio. En México las sequías prolongadas, los incendios forestales y la escasez de agua reflejan un panorama que exige acción urgente. Este artículo explora las consecuencias del cambio climático a nivel global, como se manifiesta en nuestro país, y que alternativas realistas pueden implementarse, con especial énfasis en el Estado de Jalisco, para mitigar su impacto de manera efectiva y sostenible. 

Las consecuencias globales de un sistema bajo presión como lo es el calentamiento global causado por la excesiva emisión de gases de efecto invernadero a provocado que la temperatura de medio planeta aumente más de 1.1 °C desde la era preindustrial. Aunque parezcan una cifra pequeña, sus consecuencias son enormes. El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) advierte que superan los 1.5 °C podría desencadenar impactos irreversibles, como la pérdida masiva de biodiversidad, el colapso de ecosistemas y el aumento de nivel del mar que pondría en riesgo a más de 600 millones de personas en zonas costeras. 

La inseguridad alimentaria es otro efecto tangible. Las sequías y cambios en los patrones de lluvia están reduciendo la productividad agrícola en regiones clave. Paralelamente, los fenómenos extremos-huracanes más intensos, incendios forestales incontrolables y lluvias torrenciales están desplazando a millones de personas y afectando la infraestructura básica de ciudades en todos los continentes. Es un problema global, pero sus impactos son locales y requieren soluciones ancladas a cada territorio. 

En México la vulnerabilidad y urgencia se encuentra entre las naciones más vulnerables al cambio climático, según diversos estudios internacionales. Las consecuencias ya son palpables: más del 70% del territorio mexicano ha sufrido sequías en las últimas décadas. Estados como Sonora, Chihuahua y Zacatecas registran una disminución crítica en sus fuentes de abastecimiento de agua. Por otro lado, regiones costeras como Tabasco y Veracruz enfrentan inundaciones cada vez más frecuentes. 

La agricultura nacional, de la cual dependen millones de familias, sufre los estragos del cambio climático. Cultivos como el maíz y el frijol, esenciales para la soberanía alimentaria, ven amenazado su rendimiento. Además, fenómenos como las olas de calor extremo afectan la salud pública, especialmente de las personas mayores y aquellas con condicione preexistentes. 

El Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INEEC) advierte que, de no tomarse medidas urgentes, México enfrentará un aumento de temperaturas promedio de hasta 2.5 °C para el año 2050. Esto implica escasez de agua, migraciones climáticas internas, y mayores presiones sociales y económicas. 

En este contexto, Jalisco es una región clave con retos específicos y ocupa un lugar estratégico tanto por su biodiversidad como por su peso económico. Sin embargo, enfrenta retos significativos derivados del cambio climático. Las sequías recurrentes han afectado a la zona de Los Altos, importante por su producción lechera y agrícola. Asimismo, Guadalajara ha experimentado una expansión urbana desordenada, que incrementa la temperatura urbana y reduce las áreas verdes. 

Los incendios forestales en áreas naturales como la primavera o la sierra de Tapalpa se han vuelto más frecuentes e intensos, degradando ecosistemas esenciales para la regulación del clima y la captación de agua. El estrés hídrico también es creciente: presas como Calderón y La Red se encuentran en niveles históricamente bajos, lo que pone en riesgo el suministro para millones de habitantes. 

La fragmentación institucional y la falta de coordinación entre municipios han sido obstáculos para diseñar e implementar políticas climáticas efectivas. Sin embargo, existen oportunidades claras de acción si se prioriza la visión ambiental como política pública transversal. 

A nivel nacional las alternativas realistas para mitigar el cambio climático, México tiene potencial para convertirse en un referente de transición energética. Contamos con una de los índices más altos de irradiación solar en el mundo, lo cual podría impulsar significativamente la generación de energía solar. Es vital redoblar esfuerzos para reducir la dependencia de combustibles fósiles e incentivar tecnologías limpias. 

La modernización de la infraestructura hídrica, especialmente en zonas rurales y agrícolas, también es crucial. Implementar sistemas de riego eficientes y promover la captación de agua de lluvias puede marcar la diferencia. El transporte público sustentable y la movilidad eléctrica en zonas urbanas son otras herramientas con beneficios directos en la calidad del aire y la salud pública. 

En Jalisco, las alternativas deben adaptarse a su realidad ecológica y social. Una de ellas es ampliar los programas de reforestación utilizando especias nativas, especialmente en las zonas montañosas que regulan el clima local. Asimismo, fomentar huertos urbanos y azoteas verdes en la Zona Metropolitana ayudaría a mitigar el efecto de isla de calor. 

La captación de agua de lluvia, apoyada por incentivos estatales, puede ser una solución efectiva en comunidades rurales afectadas por la sequía. Además, es fundamental integrar la educación ambiental en todos los niveles escolares y promover el presupuesto participativo para que la ciudadanía impulse proyectos vedes en sus comunidades. 

Los municipios deben coordinarse en estrategias climáticas regionales, priorizando la conservación del territorio, la movilidad sostenible, y el ordenamiento urbano basado en la resiliencia ambiental. 

En conclusión, de lo global a lo local es un compromiso compartido, el cambio climático nos obliga a transformar no solo nuestras políticas, sino también nuestras formas de pensar y actuar como sociedad. Las solucione existen, pero requieren voluntad política, inversión responsable y participación activa de la ciudadanía. México y Jalisco tienen herramientas, el conocimiento y el talento para liderar un cambio que inspire a otras regiones. 

No podemos detener el cambio climático por completo, pero podemos cambiar nuestro rumbo. La Esperanza está en cada decisión colectiva que temamos hoy. Actuar no es una opción, es un deber con las futuras generaciones. 

Margarita Gaspar Cabrera
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Licenciada en Derecho con Maestría en Transparencia y Protección de Datos por la Universidad de Guadalajara. Con una sólida trayectoria en el ámbito gubernamental, especializada en administración pública, legislación administrativa, compras gubernamentales, transparencia y proyectos estratégicos, a lo largo de mi carrera he demostrado una gran capacidad en la gestión pública, brindando asesoría en normatividad y políticas administrativas, así como en la optimización de procesos en el sector público.