Codicia – Ideología, dos palabras que deshonran hoy la esencia de la Política 

Finaliza uno de los años más siniestros, sangrientos y llenos de odios, muertes inocentes, invasiones, caídas y retornos al poder de personajes que en nombre de la democracia justifican y enmascaran su verdadera esencia como seres humanos y como líderes políticos, empresariales o sociales. El animal político “zoom politikon” de Aristóteles se manifiesta cada vez con mayor crueldad, hipocresía y cinismo. Pareciera que quienes avalan o siguen ciegamente a sus lideres desconocieran los hechos históricos plasmados en guerras, dictaduras, y genocidios practicados por personas normales “siguiendo órdenes o directrices”, tal como lo señala Hanna Arend, en la Banalidad del Mal y con argumentos de libertad individual que no acepta sino la idea material del éxito a cualquier precio. 

Desde sus orígenes, la idea de la democracia, o gobierno del pueblo para el pueblo ha sido la bandera general para arrasar a todos aquellos que no estén de acuerdo con el establecimiento o simplemente con la ley de la oferta y la demanda en un mundo cada vez más grande, altamente competitivo y tecnológico, lleno de necesidades y problemas públicos que requieren la intervención profesional efectiva de las autoridades con grandes recursos, que en el caso de los países subdesarrollados o en vías de desarrollo, deben recurrir cada vez más al crédito o endeudamiento con organismos financieros nacionales o internacionales. 

La industria de la guerra, de las drogas licitas o ilícitas, de los combustibles fósiles y sus miles de productos derivados seguirán siendo uno de los múltiples ejes articuladores y alimentadores de políticas y justificaciones que sin temor seguirán marcando gran parte de la polarizacion entre países BRICS y los aliados de occidente, con una inexplicable OTAN que tendrá que justificar ante el nuevo emperador del mundo si justifica su accionar guerrerista, o, por el contrario, tendrá que ceder a  la lógica del mercado globalizado con el turismo como punta de lanza y que requiere paz con desarrollo a  largo plazo. 

Las migraciones se pueden controlar si los que más tienen deciden invertir en los países que generan los flujos y desplazamientos de millones que se creen el sueño de una mejor vida en otros territorios. Solo la generación inmediata de empleos formales ya sea por parte del Estado o los empresarios responsables, detendrá la migración, ese es el muro más efectivo que se cimentará necesariamente con educación de alta calidad, principios y valores sobre la esencia de la política sin comprender que ésta se fundamenta en la idea fundamental de unión, libertad con responsabilidad y preservación del medio ambiente. 

Para comprender lo precedente, necesariamente tenemos que preguntarnos hoy si somos víctimas de la ambición desmedida, del ego desbordado y pretencioso (entendido como egoísmo y vanidad) o de la ignorancia absoluta y generalizada. Varios autores del mundo de la psicología y de la politica señalan como punto focal del problema a la “codicia”, derivada del latín cupidĭtas y ésta de «cupidus» (ambicioso) (“desear de forma muy viva”) que por supuesto es aprovechada de manera lucrativa por la industria del mercadeo y la publicidad para todos los fines y efectos. En portales especializados en la comprensión de conceptos y términos como “definición de” se encuentra ésta: “La codicia es la ambición desmedida y exaltada de dinero, bienes u otro tipo de riqueza. Por ejemplo: «La codicia de los grandes empresarios ha provocado la destrucción del medio ambiente», «Francisco siempre actúa por codicia», «Debes cuidarte de las personas con tanta codicia», entre muchos otros ejemplos. 

De manera ampliada considero que los dos siguientes impactos de la codicia que señalan Julián Pérez Porto y María Merino ofrecen gran ilustración. La codicia es un vicio que lleva a alguien a querer acaparar más de lo que necesita. Ese afán de acumular riquezas se traduce en diversas acciones que resultan contrarias a los preceptos de la moral y del comportamiento ético, ya que pueden tener consecuencias negativas para otras personas o incluso para la sociedad en general. Por codicia, un individuo puede cometer diversos delitos: desde estafas hasta robos e incluso asesinatos, si es que el accionar le permite obtener beneficios. Sin llegar a ese extremo, una persona puede descuidar a sus seres queridos o actuar con egoísmo por codicia. 

Por su parte, “la ideología” se entiende como «estudio de la apariencia o forma», es decir “La ideología es el conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona, una colectividad o una época. También se trata de la doctrina filosófica centrada en el estudio del origen de las ideas.”. en concreto, señalan estos autores: La ideología tiende a conservar o a transformar el sistema social, económico, político o cultural existente. Cuenta con dos características principales: se trata de una representación de la sociedad y presenta un programa político. 

En Latinoamérica, y en particular en Colombia, se percibe esa infortunada distorsión y búsqueda del poder político y el éxito económico por parte de los actores políticos de vieja data y todos aquellos que llegan a altos cargos en las entidades e instituciones de las administraciones públicas. Esa realidad disfuncional está afectando a las presentes y nuevas generaciones, al mundo político, a la democracia y a las posibilidades de desarrollo con ciencia, tecnologías e innovación. La ambición desmedida por lograr éxitos individuales o partidistas terminan afectando a toda la sociedad, a la naturaleza y en particular a aquellos que no tienen principios ni valores ni valentía para hacer lo correcto. 

Eje Global
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Profesor Asociado e Investigador en la Escuela Superior de Administración Pública – ESAP, institución de carácter universitario superior del nivel nacional del Estado colombiano. Temas y líneas de investigación relacionados con Ciencia Política, Estado, Gobierno, Administración Pública, Gerencia Pública, Políticas Públicas, Técnicas de Análisis Espacial y Geopolítica, Innovación y análisis organizacional, Gestión ambiental, Responsabilidad Social Empresarial, entre otros. He sido columnista de opinión política en revista Capital Político, conferencista, consultor y asesor de empresas e instituciones en sistemas de gestión de la calidad (ISO) y modelos de excelencia (EFQM), evaluador del Premio Nacional a la Calidad (Icontec). Profesor y catedrático en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Colombia (UN - Bogotá), Fundación Universitaria San Martín (FUSM-Bogotá). Jubilado del Grupo Energía de Bogotá S.A. ESP. Doctorando en Política y Gobierno en la Pontificia Universidad Católica de Córdoba (Argentina); Magister en Estrategia y Geopolítica de la Escuela Superior de Guerra, y Especialista en Responsabilidad Social Empresarial de Universidad Externado de Colombia y Columbia University New York; Especialista en Gobierno Municipal de la Pontificia Universidad Javeriana (Bogotá).