Nuestras sociedades son un meme.
Sí, como lo lees.
Somos un meme y, además, los memes son parte de nuestro desarrollo sociocultural.
Pero, te preguntarás: ¿cómo puede ser posible?
No nos referimos solo a las imágenes populares —bueno, en parte sí y en parte no—, sino a la teoría sociológica de la memética, memología o, simplemente, teoría del meme.
En 1976, Richard Dawkins, en su libro El gen egoísta, sentó las bases de esta tesis sociológica.
Pero, ¿qué es un meme? Bueno, podríamos decir que la memética es un sistema de creencias que se propaga y evoluciona dentro de las sociedades.
El meme es una idea que se transmite de persona a persona, creando estructuras culturales y sociales.
Algunos autores han insistido en comparar la esencia y funcionalidad del meme con el papel del gen en la genética.
Afirman que un meme es la «unidad más pequeña de información transmisible de un individuo a otro».
Por ejemplo, Mihaly Csikszentmihalyi, en su libro Creatividad, asegura que «son los memes lo que una persona creativa cambia; y si un número suficiente de las personas pertinentes consideran el cambio una mejora, este pasará a formar parte de la cultura».
Es decir, los memes llevan intrínsecos una carga de ideas y creencias. Estas ideas compiten entre sí dentro del cuerpo social, y aquellas que sean más fuertes —he aquí el principio darwiniano de la teoría— se impondrán, significando un cambio en la evolución social de una determinada comunidad.
Nuestras sociedades están llenas de memes, entendidos como ideas que forjan nuestra composición sociocultural y moldean nuestro sistema de valores sociales.
Así, existen memes distintos en cada zona del mundo y entre países.
Los valores de una nación musulmana no tienen nada que ver con las creencias de los asiáticos y, así, sucesivamente; del mismo modo, países cercanos pueden coincidir o compartir algunos memes e ideas sociales parecidas, como ocurre entre Venezuela y Colombia o entre Argentina y Uruguay.
El concepto del “gen social” —por llamarlo así— ha llevado a distintas disciplinas a utilizar la inserción de ideas nuevas en una sociedad en busca de construir un cambio de paradigma social que dé una respuesta deseada.
Por ende, equipos de mercadeo, comunicaciones y marketing han puesto el ojo en esta teoría para comprender ese proceso de evolución cultural de los pueblos. Además, permite estudiar con mayor precisión las ideas, su percepción e impacto en la historia de las distintas sociedades y materializar un adecuado análisis social.
Recordemos que las organizaciones públicas y privadas han usado la difusión de una idea determinada para transformar el discurso social y fabricar una necesidad previamente inexistente.
También es importante señalar que la combinación de una imago o arquetipo con un meme puede elevar exponencialmente el efecto de la idea introducida en la sociedad.
Ahora bien, llegado a este punto, podrías preguntarte: ¿el título del artículo no tiene relación con el contenido expuesto? Sin embargo, sí la tiene.
Los memes pueden surgir espontáneamente o como parte de una estrategia social. En las últimas décadas, dos líderes hispanoamericanos han causado la mayor producción de ideas nuevas que se han memetizado en las creencias de sus respectivos pueblos (hablando exclusivamente de América Hispánica, por lo tanto, no abordaremos el fenómeno de Donald Trump).
Hugo Chávez, en Venezuela, desde su aparición en la escena pública en 1992 y tras su victoria electoral en 1998 hasta su fallecimiento, fue el gestor de mensajes memetizados en los esquemas de valores de los venezolanos.
Incluso, la forma de entender la política venezolana y el discurso público cambió gracias a la hegemonía comunicacional del liderazgo de Chávez, el cual, en cierta forma, trascendió las fronteras de Venezuela.
Algo parecido está ocurriendo en Argentina. El presidente de la nación gaucha, Javier Milei, desde su surgimiento como figura pública, ha copado el debate social en la nación sureña.
Milei ha introducido mensajes y creencias que están en pleno proceso de memetización en la conciencia social de los argentinos. Esto está causando una modificación de los valores de ese país.
A este punto, podríamos sumar lo que ocurre en El Salvador con Nayib Bukele (un caso que merece un análisis aparte).
Podemos concluir que existe una relación estrecha entre la construcción de un meme y la fuerza comunicacional de un liderazgo público. También podríamos deducir que la convergencia de ambos tiene una marcada influencia en los comportamientos sociales de los pueblos.
Esto me permite, en lo particular, inferir que el discurso político, reforzado con un liderazgo real y trascendental, siempre dejará una huella en la cultura de cada sociedad, ya sea para bien o para mal.
En pocas palabras, el estilo de quien gobierna siempre definirá el comportamiento social de los ciudadanos.
Licenciado en Comunicacion Social por la Universidad Santa María (Venezuela), con especialización en Gobierno Abierto por la Organización de Estados Americanos (OEA). Fue responsable de prensa del candidato a la presidencia de Venezuela Manuel Rosales, ha sido asesor de campaña de varios candidatos, además de fungir como director de comunicación en alcaldías y gubernaturas. Así mismo fue asesor de la Asamblea Nacional de Venezuela en materia de Comunicación.