Una mentalidad transaccional en las relaciones internacionales puede socavar décadas de cooperación y el orden mundial basado en normas. Cuando los países priorizan únicamente el beneficio inmediato en cada negociación, sin considerar compromisos a largo plazo o principios compartidos, erosionan la confianza entre las naciones y debilitan instituciones multilaterales como la ONU, la OMC o la OTAN. Este enfoque puede generar un mundo más inestable, donde los acuerdos se rompen con facilidad, la cooperación se vuelve frágil y los conflictos son más difíciles de resolver. Además, favorece el ascenso de políticas unilaterales y de suma cero, donde un país gana solo si otro pierde, en lugar de promover soluciones de beneficio mutuo.
En 2025, durante su segundo mandato, el presidente Donald Trump ha intensificado su enfoque transaccional en la política internacional, priorizando los intereses inmediatos de Estados Unidos y reconfigurando alianzas y acuerdos globales. Este enfoque ha generado críticas y preocupaciones sobre la estabilidad del orden mundial.
Principales acciones y políticas
El 20 de enero de 2025, Trump firmó la Orden Ejecutiva 14162, titulada Poniendo a América primero en acuerdos ambientales internacionales, que ordena la retirada inmediata de Estados Unidos del Acuerdo de París y de otros compromisos climáticos internacionales. Esta decisión ha sido criticada por líderes y organizaciones ambientales, quienes advierten sobre su impacto en los esfuerzos globales para combatir el cambio climático.
Ese mismo día, emitió la Orden Ejecutiva 14169, Reevaluando y realineando la ayuda exterior de Estados Unidos, que impuso una pausa de 90 días en todos los programas de asistencia al desarrollo en el extranjero para realizar una revisión exhaustiva. Esta suspensión afectó proyectos humanitarios y de desarrollo en diversas regiones, generando reacciones adversas de organismos internacionales y gobiernos aliados.
Trump ha buscado finalizar la guerra en Ucrania mediante negociaciones directas con Rusia, sin la participación inicial de representantes ucranianos. El 28 de febrero de 2025, durante una reunión en la Casa Blanca, él y el vicepresidente J.D. Vance reprendieron públicamente al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, lo que llevó a una abrupta finalización del encuentro sin acuerdos concretos. Esta postura ha generado tensiones con aliados europeos y ha fortalecido la posición de Moscú en la región.
Por su parte, un asesor de la presidencia ucraniana, Mykhailo Podoliak, aseguró que “estamos discutiendo las opciones con nuestros socios europeos”, el mismo día que la Unión Europea (UE) lanzó un ambicioso plan para rearmar a sus miembros, con la posibilidad de movilizar hasta 800,000 millones de euros (845,000 millones de dólares) destinados al rubro de defensa.
Reducción de compromisos con la OTAN
El presidente ha cuestionado la disposición de Estados Unidos para defender a los miembros de la OTAN que no cumplen con el gasto mínimo del 2 % de su PIB en defensa. Esta postura ha generado incertidumbre sobre el compromiso estadounidense con la alianza, provocando debates en Europa sobre la necesidad de mayor autonomía en materia de defensa.
Reacciones internacionales
Líderes europeos, como Emmanuel Macron y Friedrich Merz, han abogado por una mayor autonomía en defensa y han incrementado el gasto militar de la Unión Europea en 800,000 millones de euros, buscando reducir la dependencia de Estados Unidos. Esta medida refleja una creciente desconfianza en el compromiso de Washington con la seguridad europea.
Por ejemplo, las políticas de Trump han llevado a varios países a acercarse a China como alternativa económica y diplomática, fortaleciendo la posición de Beijing en el escenario global. Este fenómeno ha impulsado nuevas alianzas comerciales y estratégicas que podrían modificar el equilibrio de poder a nivel internacional.
El enfoque transaccional de la administración Trump en 2025 ha generado un reordenamiento de las relaciones internacionales, con implicaciones significativas para la cooperación global y la estabilidad del orden mundial. A medida que Estados Unidos redefine sus prioridades, otros actores globales están ajustando sus estrategias para responder a un panorama geopolítico en transformación.
La desconexión entre la agenda internacional y el interés nacional
En el escenario global, los países se enfrentan a una multitud de desafíos y oportunidades que requieren una participación activa en la agenda internacional. Sin embargo, cuando esta agenda se desvincula de los intereses nacionales, el resultado puede ser contraproducente, llevando a la nación a un camino de debilidad, imprevisibilidad y vulnerabilidad.
Si bien esta es una opinión reservada, a menudo se ha argumentado que la administración Obama buscó un enfoque más diplomático y multilateral, pero que, al final, algunos de esos esfuerzos no lograron consolidarse a largo plazo. No es casualidad que el primer mandato de Donald Trump representara un cisne negro; posteriormente, los altibajos del gobierno de Biden parecen haber contribuido a una especie de vacío de liderazgo en temas cruciales de gobernanza global.
En las últimas elecciones, la opinión pública estadounidense estuvo dominada por la sensación de que los votantes eligieron al menos malo, una percepción que, en muchos casos, los latinoamericanos hemos aprendido a normalizar.
Sin embargo, es evidente que esta fragmentación en los intereses nacionales de Estados Unidos puede significar un impacto especialmente negativo en su seguridad y defensa. En contraste, potencias como Rusia y China, aunque también enfrentan desafíos internos, han logrado consolidarse sin experimentar una fragmentación política similar. A través de una gestión estratégica y coherente de su gobierno, han logrado fortalecer sus posiciones, tanto internas como en el ámbito de la política exterior.
Trump se presenta ante los medios con astucia, ofreciendo discursos en la Casa Blanca que reflejan su carácter narcisista. Sin embargo, en su última intervención en el Senado estadounidense, ¿cuánto tiempo dedicó a abordar los temas que realmente preocupan al país que representa? A pesar de las crecientes expectativas sobre nuevas políticas, evitó revelarlas y dedicó solo breves menciones a las guerras de Ucrania y Gaza, a pesar de haber prometido poner fin a ambos conflictos. Además, omitió abordar una cuestión urgente: cómo evitar la parálisis del gobierno en la próxima semana. A pesar de que los republicanos controlan tanto la Cámara de Representantes como el Senado, persisten los desacuerdos sobre la mejor manera de abordar la disputa por el financiamiento.
“Trump siempre necesitará un oponente”, manteniendo a su vez la dinámica de “nosotros contra ellos”, un enfoque que moviliza a su base y refuerza su popularidad entre aquellos que se sienten amenazados o excluidos por el statu quo. Sin un oponente, Trump pierde la oportunidad de consolidarse como una figura de lucha y resistencia, algo que parece ser esencial para su identidad política.
Sin embargo, entre los vaivenes de discursos constantes, Trump podría caer en la repetición de estrategias agotadas, sin ofrecer propuestas innovadoras o soluciones a los problemas reales del país, limitando su capacidad para abordar los desafíos más amplios y trascendentes que enfrenta la nación.
La desconexión entre la agenda internacional y los intereses nacionales aumenta la vulnerabilidad del país, lo que podría llevar a un mundo más fragmentado e inestable.
Soy politóloga con mención en Relaciones Internacionales, egresada de la Universidad Central de Venezuela, y cuento con una trayectoria académica y profesional enfocada en el análisis político, social y empresarial. Mi formación se complementa con un Máster en Administración y Dirección de Empresas, así como una especialización en Coaching y Programación Neurolingüística, ambos cursados en la Escuela de Negocios Europea de Barcelona, España.
A lo largo de mi carrera, he tenido la oportunidad de desempeñarme como asesora política en campañas electorales, diseñando estrategias fundamentadas en un profundo análisis del entorno y las dinámicas sociopolíticas. Asimismo, he ocupado roles de liderazgo como coordinadora en empresas privadas, donde he desarrollado habilidades en planificación, gestión de proyectos y trabajo en equipo.
Mi compromiso con el trabajo social me ha llevado a liderar iniciativas en colaboración con organizaciones no gubernamentales, orientadas a promover el desarrollo de comunidades vulneradas indígenas, generando un impacto positivo en el tejido social.