Para entender la importancia de la educación superior en el contexto latinoamericano y particularmente en Panamá, obliga llevar a cabo una reflexión profunda entendiendo que ésta es la base para el desarrollo de las futuras generaciones, que serán quienes aportarán todos sus conocimientos en el ámbito profesional, conocimientos que impactará positiva o negativamente en el desarrollo de las instituciones de las que formarán parte en el futuro inmediato.
Por ello, existen elementos a destacar en cuatro ejes que son:
- La comunicación educativa como proceso de transformación social en la educación superior.
- La importancia de la profesionalización docente, base para alcanzar una educación de calidad en el desempeño pedagógico.
- El modelo de gestión de calidad en el liderazgo transformacional de la educación como proceso de cambio y finalmente…
- La evaluación como eje para la transformación educativa.
Para ello, es importante identificar plenamente la complejidad de lo que representa la educación superior para el desarrollo de los pueblos, y cuáles deben ser los retos por superar en el marco de la globalización sobre los procesos educativos para la configuración de políticas públicas adecuadas a la realidades y necesidades del mercado. Entendiendo que, muchos de los planes y programas de estudio de la diferentes áreas del conocimiento en los distintos países de América Latina, requieren de una actualización profunda que permita una homologación con los planes de estudio para alinearlos a los planes de estudio de los países desarrollados, con la finalidad específica de que los egresados logren una adaptabilidad adecuada que les permita ser competitivos en el mercado laboral.
Con base en lo anterior la Comunicación Educativa en la práctica docente representa un factor muy importante para la transmisión del conocimiento, la cual debe considerar seis dimensiones estratégicas que son; la dimensión institucional, la dimensión sociocultural, la dimensión psicopedagógica, la dimensión interpersonal, la dimensión personal, y la dimensión valoral, adquiriéndose de esta manera carácter multidimensional de la práctica docente.
En este sentido cuando hablamos de Comunicación Educativa como proceso de transformación social en la educación superior, observamos que ésta debe de tener dos enfoques, ser generadora pero también facilitadora del conocimiento, generándose de esta manera una comunicación educativa efectiva, que permita la motivación, la persuasión, la estructuración y la adaptabilidad en el proceso de enseñanza- aprendizaje.
Entendiéndose que la comunicación educativa es una comunicación que se produce en un contexto especial en el ámbito educativo y se le considera condición de posibilidad de la educación misma. Reconociendo que sin comunicación no existe educación posible. Comprendiendo que la comunicación educativa tiene como fin último el intercambio recíproco de conocimientos, pedimentos y actitudes, los cuales constituyen la finalidad de la educación misma.
Por lo anterior, es importante que los docentes reflexionen, el proceso de comunicación, y su implicación para asumir la enseñanza en su articulación con múltiples formas de expresión desde el lenguaje propio, el lenguaje de los otros, la informática, los medios de comunicación; la comunicación en su totalidad.
De esta manera debemos entender que, a partir de una adecuada comunicación educativa, transitaremos hacia una mejor transmisión de los conocimientos, fortaleciéndose así un auténtico modelo de profesionalización, reconociendo e identificando siempre posibles debilidades y amenazas que son parte del sistema educativo en la educación superior.
Entendiendo que no todo profesional del sistema educativo lo es de la educación, si no han sido formados en el conocimiento de la educación ni en la realización de funciones pedagógicas, como tampoco los especialistas en funciones pedagógicas son los únicos responsables de la estructura, el proceso o el producto del sistema educativo. Ya que lo que distingue a los profesionales de la educación es su competencia y habilitación en funciones pedagógicas que son al menos tres.
Las cuales son funciones pedagógicas, porque requieren competencias adquiridas con el conocimiento de la educación, pero que son diferentes entre ellas ya que cada una tiene características exclusivas que le dan sentido y que requieren competencias pedagógicas específicas.
En la medida que las instituciones responsables de impulsar la educación superior en América Latina, atiendan estos dos primeros puntos antes mencionados, podremos establecer una ruta que permita la construcción de un auténtico modelo de gestión de calidad en la educación superior, modelo que esté basado en principios de capacitación permanente basados en la mejora continua, atendiendo sus cuatro etapas que son: la planeación, la implementación, la evaluación y la modificación en su caso de los errores o debilidades encontradas en el proceso de enseñanza aprendizaje.
Así mismo, debe destacarse que los principios de la evaluación en la calidad educativa deben respetar la diversidad, establecer que la evaluación sea justa, sólida y válida. Por otra parte, que la evaluación sea siempre formativa y permanente. Que cuente con los principios de equidad y participación.
Ya que toda evaluación es un proceso que depende de las entradas y necesita transformarse continuamente para mejorar el resultado y asegurar la calidad, así pues, teniendo como fin la mejora continua, un proceso de evaluación genera información que a su vez se convierte en conocimiento. “Sin conocimiento, una organización no se podría organizar” y en consecuencia garantizar su permanencia y reconocimiento.
Con base en lo anterior, podemos concluir que estos cuatro ejes que se establecieron al principio del presente artículo, se constituyen como los pilares para el fortalecimiento y transformación de la educación superior en América Latina, lo que representa grandes retos por alcanzar, para tener generaciones de egresados perfectamente capacitados y profesionalmente adaptados a un entorno en una época donde la competencia es muy alta en la adquisición de conocimientos y habilidades, ecuación que juega un papel preponderante para:
- Entender la realidad social para conocer los sistemas educativos.
- Tomar decisiones que transformen la Educación.
- Conocer el funcionamiento de los Sistemas Educativos.
- Desencadenar procesos de Cambio y Transformación.
- Generar propuestas estratégicas de conocimiento profundo sobre la Educación.
- Mejorar los procesos de enseñanza-aprendizaje.
Doctorado en Administración y Gestión Estratégica por el Centro de Investigaciones Sociales y Dirección Estratégica-CISDE, maestría en Administración de la Capacitación del Capital Humano por la Universidad del Valle de México, especialidad en docencia superior por la Universidad de Panamá y licenciatura en Trabajo Social por la Universidad de Panamá.