Resultados de las elecciones presidenciales en Bolivia 2025

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Este domingo, Bolivia vivió una jornada electoral histórica que marcó un punto de inflexión en su panorama político. Por primera vez en dos décadas, el Movimiento al Socialismo (MAS), el partido que dominó la política boliviana desde 2006, sufrió una derrota contundente y quedó relegado a un papel secundario en los comicios presidenciales. Los resultados preliminares, con más del 95 % de los votos escrutados, confirmaron que ningún candidato alcanzó el umbral necesario para ganar en primera vuelta, lo que conduce a un balotaje inédito programado para el 19 de octubre de 2025 entre Rodrigo Paz Pereira (PDC) y Jorge “Tuto” Quiroga (Alianza Libre). El giro del electorado apunta hacia el centro-derecha y la derecha.

Según el Sistema de Resultados Electorales Preliminares (Sirepre), con el 95,41 % de las actas computadas, Rodrigo Paz Pereira obtuvo el 32,14 % de los votos y se consolidó como el gran ganador sorpresa de la jornada; Jorge “Tuto” Quiroga alcanzó el 26,81 % y aseguró su pase al balotaje. Samuel Doria Medina quedó tercero con un 19,86 %; Andrónico Rodríguez, de Alianza Popular, registró un 8,22 %; y el candidato oficialista del MAS, Eduardo del Castillo, apenas alcanzó un 3,16 %. Manfred Reyes Villa obtuvo un 7,1 % y Jhonny Fernández, un 1,5 %. Destacó además un 17,5 % de votos nulos —promovidos por Evo Morales, inhabilitado— y un 2,7 % de votos en blanco. La participación fue del 88,89 % (6,46 millones de votantes sobre un padrón de 7,93 millones).

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El derrumbe del MAS se explica por la fractura interna entre Evo Morales y Luis Arce, que erosionó su base electoral, y por la incapacidad de Andrónico Rodríguez para capitalizar el voto de izquierda. El oficialismo, con un candidato debilitado, apenas superó el umbral para conservar la personería. A ello se suma una coyuntura económica adversa: escasez de combustible, inflación y falta de dólares que empujaron a un voto más pragmático. Pese a “incidentes aislados”, el Tribunal Supremo Electoral destacó una jornada ordenada, validada por observadores de la OEA y la UE.

El balotaje enfrenta dos proyectos con diferencias de énfasis. Rodrigo Paz Pereira, hijo del expresidente Jaime Paz Zamora, propone “capitalismo popular”: créditos accesibles, reducción de aranceles e impuestos, y reestructuración de empresas públicas deficitarias. Su ascenso —desde posiciones rezagadas hasta liderar la primera vuelta— y el respaldo de Doria Medina lo perfilan como articulador de una coalición de centro-derecha. Jorge “Tuto” Quiroga, expresidente (2001-2002), encarna una derecha más rupturista: justicia independiente, modernización económica con su compañero de fórmula, el empresario tecnológico Juan Pablo Velasco, y un corte nítido con el legado del MAS. Su reto es atraer a votantes moderados sin diluir su discurso de cambio.

El 19 de octubre no solo definirá al próximo presidente; también pondrá a prueba la gobernabilidad en un Congreso fragmentado, la capacidad de estabilizar la economía y de recomponer la confianza en las instituciones. Paz llega con ventaja aritmética en eventuales apoyos y un mensaje de reconciliación; Quiroga ofrece experiencia y un quiebre más drástico con los últimos veinte años. La clave estará en la movilización de indecisos, en el comportamiento de los votantes de Doria Medina y Reyes Villa, y en el impacto residual del voto nulo promovido por Morales.

En síntesis, Bolivia entra en una segunda vuelta inédita que cierra un ciclo hegemónico y abre otro aún incierto. El resultado dirá si el país opta por una transición moderada o por una corrección más severa del rumbo; en ambos casos, el desafío será transformar el mandato en estabilidad, reformas y resultados verificables.

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