Serán 12 años comiendo truchas

Hablar del gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo, nuestra presidenta (sí, con “a”, como ella misma enfatiza), así como del anterior gobierno encabezado por el expresidente AMLO, es hablar de un modelo de comunicación gubernamental centrado en la agenda determinada por la Presidencia. Esta ha condicionado a los medios a vivir bajo la expectativa del titular del Ejecutivo, destacando sus aciertos o errores y creando historias que fácilmente pueden ser manipuladas y adaptadas al gusto de cada público en particular.

Es como ir a un lago o estanque artificial donde se cultivan truchas y pescar una para comerla después, con la experiencia de sentirnos pescadores. Desde el inicio sabemos que comeremos trucha, no róbalo, salmón, tilapia u otro pez, por lo que conocemos su sabor y características. Nos venden la experiencia de estar encima del estanque, esperando tranquilamente con un anzuelo hasta que, unos minutos más tarde, atrapamos la presa. Luego la llevamos a un restaurante donde la preparan a nuestro gusto, comprando así la ilusión de que somos pescadores en mar abierto.

Sin duda, la previsión con la que esta agenda de comunicación está diseñada es fundamental para iniciar o acortar debates sobre los problemas reales del país. Nos presentan la trucha, muy bien preparada, para que nos sepa deliciosa, mientras los medios no hacen más que revender el platillo, adornándolo con verduras y guarniciones que acompañan el mensaje preestablecido con calma y precisión.

Certezas absolutas

Estos últimos gobiernos han ofrecido certezas absolutas, partiendo de la ingenua idea de que el pueblo es “bueno y sabio”. Sin embargo, este pueblo vive sumido en la violencia y la ignorancia de su contexto, un pueblo que, en muchos casos, perpetúa la corrupción y no ha avanzado lo suficiente en desarrollo, educación o lectura. Es un lugar donde tener valores y educación es visto como una desventaja, donde quien cede el paso o respeta las normas es considerado ingenuo, y entre más te aprovechen, más se valida esa visión.

Las truchas que hemos comido nos han quitado el hambre de investigar y cuestionar lo que alguna vez fue visto como la salvación del país, la “esperanza de México”. Esto ha dejado un entorno salvaje y hostil para quienes intentan opinar en contra, porque al hacerlo no solo contradicen a la presidenta, sino también al “pueblo bueno y sabio”, del que ya hablé.

La agenda mediática del gobierno se presenta como el menú principal, donde las conferencias mañaneras son el plato fuerte (si no el único). Si alguien intenta vender otro pescado, se enfrenta a los dueños del estanque, quienes controlan cuánto hay que pagar para comerciar, siendo ignorados o presionados para comunicar solo lo que el gobierno dicta.

La crítica como herramienta

Como decía un amigo: “La crítica es siempre necesaria, porque es una herramienta fundamental para el crecimiento”. Sin embargo, en un país marcado por desapariciones, inseguridad, narcotráfico y programas sociales que funcionan más como estrategias electorales, resulta difícil ejercer un periodismo claro y preciso. Es aún más complicado que el “pueblo bueno y sabio” critique para crecer, en lugar de hacerlo desde la desinformación o el ataque.

Ya lo decía Molotov en “Gimme tha Power”: “Hay que darle más poder al poder”. Parece que no aprendimos de los años oscuros del priismo mexicano, y ahora vivimos una versión actualizada de ese modelo, donde seguimos “en el buen camino” mientras estiramos una mano para recibir, golpeando con la otra al ingenuo que intenta cambiar las cosas.

Sigamos comiendo truchas mientras podamos, o hasta que queramos. La elección está en nuestras manos.

Eje Global
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Eleazar Pérez Castro es Licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública con especialidad en Políticas Públicas por la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex) y Maestro en Gobierno y Administración Pública por la Universidad Complutense de Madrid, España (UCM). Su formación se complementa con diplomados internacionales en temas económicos por la Academia de Estudios Económicos de Bucarest, Rumanía (ASE), y en gobernanza por la Escuela de Gobierno de la UCM.

Es consultor independiente, fundando proyectos como Imagen Política Estado de México y colaborando activamente en diversas iniciativas editoriales. Su experiencia también incluye participación en el servicio público, contribuyendo en instituciones como el SESAEMM, el INFOEM, y el IEEM en México. Además, ha sido conferencista en temas de liderazgo, políticas públicas y gobernanza.